Reconstruir la colonización temprana de las Islas Baleares en el Mediterráneo occidental es un desafío debido a la limitada evidencia arqueológica. Actualmente, se estima que la llegada humana ocurrió hace unos 4400 años. Sin embargo, nuevos datos obtenidos a partir de espeleotemas con crecimiento freático en la Cueva de Genovesa, junto con el descubrimiento de un puente sumergido que muestra una banda de coloración distintiva cerca de su parte superior, ofrecen nuevas perspectivas. Esta banda se encuentra a la misma profundidad que el crecimiento freático en los espeleotemas (-1,1 metros), ambos indicadores de un nivel del mar estacionario entre hace aproximadamente 6000 y 5400 años. Integrando la profundidad del puente con una curva de nivel del mar del Holoceno para Mallorca y los espeleotemas datados, se establece que la construcción del puente ocurrió entre hace 6000 y 5600 años. El aumento posterior del nivel del mar sumergió la estructura arqueológica, descartando fechas de construcción posteriores. Esto proporciona evidencia de una presencia humana temprana en la isla que data al menos de hace 5600 años, y posiblemente más allá de los 6000 años.
Mallorca, la principal isla del Archipiélago Balear, es la sexta más grande del mar Mediterráneo, sin embargo, fue una de las últimas en ser colonizada. Un análisis exhaustivo sobre la colonización temprana de varias islas del Mediterráneo, incluyendo Mallorca, se puede encontrar en los trabajos de Cherry y Leppard, Dawson y Simmons. A pesar de la extensa investigación en este tema, ha habido un considerable desacuerdo sobre la cronología de la colonización más temprana de Mallorca. La datación por radiocarbono de material óseo excavado en la Cova de Moleta indica la presencia humana en la isla hace unos 7000 años calibrados antes del presente (cal B.P.). Determinaciones de edad posteriores de hallazgos en la Cova de Canet ampliaron aún más la cronología, sugiriendo una ocupación humana que se remonta a aproximadamente 9000 cal B.P. Una serie de publicaciones revelaron inconsistencias en cuanto a la posición estratigráfica exacta y el contexto del hueso datado (muestra KBN-640d) en la Cova de Moleta. Debido a la mala conservación general de las muestras y la falta de información clara y específica sobre esta muestra de radiocarbono en particular, Ramis y Alcover sugirieron que el fragmento óseo, identificado inicialmente como humano, podría pertenecer en realidad a Myotragus balearicus, un bóvido endémico. En consecuencia, esta muestra fue considerada no relevante para determinar la cronología de la colonización de la isla. De manera similar, las fechas de radiocarbono de la Cova de Canet fueron consideradas altamente controvertidas porque provienen de una capa de carbón vegetal que carece de evidencia clara de actividad humana. Además, en ninguna de estas cuevas los huesos de M. balearicus muestran marcas de carnicería, lo que dificulta establecer un vínculo claro con la presencia humana contemporánea. Debido a los problemas mencionados anteriormente, estos primeros resultados fueron considerados poco fiables.
Varios estudios han reevaluado la mayoría de los materiales previamente datados y los han complementado con nuevas fechas de radiocarbono obtenidas de carbón vegetal, cenizas y huesos. Basados en estos nuevos resultados, ahora existe un consenso de que el marco temporal para el asentamiento humano más temprano en la isla está entre 4600 y 4200 cal B.P.
Dawson presenta una síntesis de las diversas líneas de argumentación respecto a los modelos de llegada en las islas Baleares, que incluye: (1) Fase Temprana (~9000 cal B.P.), (2) Fase Intermedia (~7600 cal B.P.) y (3) Fase Tardía (~5000 cal B.P.). Los dos últimos modelos sugieren la existencia de asentamientos estables, pero solo el tercero ha sido considerado plausible en la literatura arqueológica local.
Aunque ha habido un creciente cuerpo de evidencia que revela asentamientos humanos progresivamente más antiguos en muchas islas de la cuenca mediterránea, la cronología de la colonización inicial en Mallorca ha visto relativamente pocos ajustes en las últimas décadas. La investigación más reciente sugiere que esta colonización ocurrió hace aproximadamente 4400 cal B.P., coincidiendo con la extinción de Myotragus balearicus mediada por los humanos. Esta conclusión se basa en dos edades de radiocarbono, que proporcionan una ventana temporal relativamente estrecha de 350 años (p > 90%) entre el último hueso documentado de Myotragus (4581–4417 cal B.P.) y el primer hueso de oveja datado (4417–4231 cal B.P.). Sin embargo, sigue siendo un desafío confirmar si las edades de estos restos paleontológicos representan las ocurrencias más tardías o más tempranas de este tipo en la isla. Trabajos de campo posteriores podrían arrojar luz sobre esta cuestión.