Los trabajadores en España están un paso más cerca de disfrutar de más tiempo libre cada semana. El Gobierno español aprobó este martes un proyecto de ley que reduce la jornada laboral semanal de 40 a 37,5 horas, una medida que busca mejorar la productividad y reducir el absentismo laboral.
Según datos del Ministerio de Trabajo, esta reducción beneficiará a cerca de 12,5 millones de trabajadores del sector privado, tanto a tiempo completo como parcial. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, destacó el valor social del cambio: “Hoy estamos modernizando el mundo del trabajo y ayudando a que la gente sea un poco más feliz”.
Aunque algunos funcionarios públicos y trabajadores de determinados sectores ya disfrutan de jornadas más cortas, la medida tendrá un impacto más significativo en sectores como el comercio, la hostelería, la industria manufacturera y la construcción, explicó Díaz.
No obstante, la aplicación definitiva del proyecto aún depende del Congreso. El Ejecutivo de coalición liderado por el Partido Socialista no cuenta con mayoría absoluta en la Cámara, por lo que necesitará el respaldo de otras fuerzas políticas para convertir la propuesta en ley.
El texto fue impulsado por Sumar, el socio minoritario de izquierdas del Gobierno presidido por Pedro Sánchez. Los principales sindicatos del país han mostrado su apoyo al proyecto, a diferencia de las organizaciones empresariales, que se oponen a la reducción horaria.
Uno de los focos de tensión política proviene de Junts, el partido nacionalista catalán que en ocasiones apoya al Gobierno en el Parlamento. La formación expresó su preocupación por el posible impacto negativo de la medida en las pequeñas empresas y los trabajadores autónomos.
Desde 1983, la jornada laboral en España se mantenía en 40 horas semanales, tras ser reducida desde las 48 horas. Este nuevo cambio marca otro paso en la evolución del mercado laboral español, en línea con los debates europeos sobre conciliación, bienestar y eficiencia en el trabajo.