El estado de Río de Janeiro está poniendo a la venta uno de los estadios de fútbol más famosos, el Estadio Maracaná.
Según se informa, las autoridades brasileñas han incluido la legendaria tierra en 62 propiedades estatales que se venderán en un plan para recaudar fondos.
De acuerdo a MarcaEl gobierno del estado de Río está tratando de reducir su deuda con el gobierno central de Brasil, valorada en alrededor de £1.700 millones, cuyos pagos vencen en 2026.
Se dice que el mantenimiento del Maracaná, que albergó las finales de los Mundiales de 1950 y 2014, le cuesta al estado aproximadamente £140.000 por partido.
Rodrigo Amorim, presidente de la comisión legislativa que supervisa la propuesta, argumentó que vender el estadio podría generar más de 279 millones de libras para Río. Destacó que el mantenimiento del tradicional sitio que alberga el complejo Aldea Maracaná no es sostenible para el presupuesto estatal.
Según se informa, un plan para privatizar el campo de fútbol más reconocible de Brasil ha provocado una indignación generalizada en todo el país.
El estado de Río de Janeiro pone a la venta el icónico estadio Maracaná por problemas económicos

El estadio ha acogido dos finales de la Copa del Mundo, la más reciente la victoria de Alemania sobre Argentina en 2014.
Inaugurado en 1950, el estadio contó con una asistencia récord de alrededor de 200.000 personas durante la sorprendente derrota de Brasil por 2-1 ante Uruguay en la final de la Copa del Mundo de ese año, un evento inmortalizado como el ‘Maracanazo’.
Flamengo y Fluminense comparten actualmente el estadio con capacidad para 78.838 personas para sus partidos en casa, lo que es una parte importante de la identidad deportiva y cultural de Río.
El lugar ha sufrido tres renovaciones importantes desde su apertura. El primero, entre 1999 y 2000, convirtió las zonas de pie en asientos, reduciendo el aforo de 173.850 a 103.000.
Una segunda renovación entre 2005 y 2007 redujo la capacidad a 88.000, pero una tercera revisión para la Copa del Mundo de 2014 la redujo a su tamaño actual.
Además del fútbol, el Maracaná ha acogido ceremonias olímpicas, conciertos e innumerables eventos culturales, lo que lo convierte en uno de los lugares más reconocibles del mundo.
Según los informes, la decisión de incluir el estadio en el proyecto de ley de privatización del estado sigue a recientes enmiendas al programa de venta de activos de Río.
De las 48 propiedades inicialmente previstas para la venta, 16 han sido eliminadas y 30 añadidas, entre ellas el complejo Maracaná.
Los funcionarios han argumentado que desinvertir en activos estatales caros o subutilizados ayudaría a recaudar fondos y evitar un mayor deterioro económico.

Flamengo y Fluminense comparten actualmente un estadio con capacidad para 78.838 personas para sus partidos en casa.
Amorim señaló que el objetivo no es sólo obtener ganancias, sino reactivar los activos públicos inactivos o deficitarios para un uso más productivo.
Dijo que la propuesta completa sería sometida a votación en la Asamblea Legislativa de Río en las próximas semanas.
Sin embargo, la reacción del público ha sido intensa, y los críticos advierten que vender el símbolo nacional corre el riesgo de destruir la herencia futbolística de Brasil.
Intentos anteriores de privatizar el Maracaná han generado controversia, y posteriormente se abandonó un plan de 2011 que involucraba al empresario Ike Bautista.

















